La Asociación Nuevo Amanecer de El Salvador, ANADES, surgió en 1986 como un gran sueño motivado por los valores del Evangelio, en el seno de un movimiento de mujeres pertenecientes a las Comunidades Eclesiales de Base de  Zacamil y sus alrededores, quienes comprometidas desde la fe, por el amor de madres y el dolor que les causó la muerte de sus hijos e hijas y familiares asesinados durante la guerra civil en El Salvador, se dispusieron a asumir el reto histórico de transformar el dolor y la tristeza en fuerza y esperanza, para trabajar a favor del más sagrado de los derecho la vida; en este, caso la vida de las personas más vulnerable de este país, las niñas y  niños huérfanos a causa de la represión.


Fortalecidas con el testimonio y mensaje de nuestros héroes y mártires, sus ideales eran llevar a la práctica el valor del amor y el servicio al prójimo y continuar a través de la Asociación trabajando con las comunidades, potenciando el desarrollo a través de la organización y de la vivencia de valores humanos y cristianos, que permitieran la expansión de la experiencia comunitaria comprometida con el pueblo y la utopía de aportar en la construcción de una sociedad distinta, sin injusticia social, sin desigualdad, donde el pan de cada día, la salud y la educación no le faltara a nadie.

La Asociación Nuevo Amanecer de El Salvador tuvo a la base de su origen la fuerza de los valores que las inspiraron y nació legalmente conformada con una asamblea de 15 miembros(as) fundadores, con el propósito antes mencionado y además por la necesidad de darle legalidad al primero de sus proyectos “Casa Hogar para niños(as) huérfanos”, hoy conocido como “Centro de Desarrollo Infantil Alfonso Acevedo”. Formó su primera junta directiva el día 6 de abril de 1990, asentando su primera acta de constitución en esa misma fecha. Fue inscrita y reconocida legalmente por el Ministerio del Interior, el día 13 de julio de 1990, con las siglas ANAES (las cuales pasaron a ser ANADES en 2005).

Al inicio de 1990, se abrió el primer grupo de 33 niños y niñas, en la casa de una gran mujer salvadoreña solidaria con las comunidades cristianas, llamada Carmen Broz, quien dirigía y atendía junto a 3 educadoras a este grupo, mientras la construcción de la infraestructura del Centro Hogar se terminaba, de la que se colocó la primera piedra el día 22 de junio 1991.

Desde 1990 la asociación progresivamente apertura el funcionamiento de sus otros programas como el de salud, que comenzó brindando atenciones a los niños y niñas del Centro de Desarrollo Infantil Alfonso Acevedo, y pacientes de las comunidades,

también desarrollando la atención primaria en salud (APS). Con este último componente dio origen al Programa de Desarrollo Comunitario, PDI, hoy denominado Programa de Desarrollo Integral Comunitario (PDIC). Posteriormente se inició el funcionamiento de los talleres vocacionales para jóvenes.

En 1993 de la experiencia de la educación que iba adquiriendo ANADES se apoyan otras experiencias comunitarias como el CDI Rogelio Ponseele, en Morazán y en las comunidades 1994 Amando López Quintana, 1995 Presidio Liberado y 1997 La Canoa en la zona conocida como el Bajo Lempa, Usuluán y en el 2002 se apoya la construcción e inicio del funcionamiento del CDI Santa María Ostuma.

Desde el 2001 se cuenta con el programa de sostenibilidad (hoy departamento de sostenibilidad) para dar continuidad a los proyectos sociales, a través de la finca Agroecológica San Jorge en San Julián, Sonsonate y posteriormente con el Centro Usos múltiples, ubicado en San Ramon, Mejicanos.

Desde ANADES reconocemos y traemos al presente la historia para conmemorar, sanar y retomar el compromiso de las y los mártires que lucharon por los cambios sociales en nuestro país. Reafirmamos la frase «Quien no conoce su historia está condenado a repetirla»

Un país y sus habitantes no pueden evolucionar y construir un futuro mejor si no conocen su historia en profundidad, en el contexto salvadoreño mucha de la historia ha querido ser borrada y no está incluida en la curricula de educación, reconstruir la historia de personas y colectivos es muy importante para avanzar y tener una mirada sistémica desde el análisis de la historia sobre los problemas coyunturales.

“Una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos. Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y grupales y perdemos el sentido del bien vivir en común.”

Leonardo Boff