El Salvador esta considerado como un país de renta media. Sin embargo es uno de los países de América Latina que cuenta con un índice mas alto de inequidad en la distribución de la riqueza y consecuentemente, con pocas oportunidades de bienestar y desarrollo de la mayoría de los sectores sociales, afectando significativamente a las áreas rurales.

Mujeres y hombres se ven obligadas a marcharse del país con el propósito de mejorar la situación económica familiar, cada vez más deteriorada, siendo este un indicador que nos muestra que el actual sistema socio económico ha sido un fracaso, las medidas económicas generadas e impulsadas por el gobierno salvadoreño no han sido capaces de resolver necesidades básicas de miles de familias salvadoreñas, obligándolas a emigrar, muchos de los salvadoreños también desempleados, desaparecidos en los Estados Unidos o en su trayecto.

Uno de los problemas graves que sufren las familias es la falta de trabajo formal (con prestaciones sociales), los salarios actuales son bajos y no cubre la canasta ampliada para vivir dignamente. El salario mínimo en la ciudad es de $167.10 dólares para las personas que trabajan en maquilas, un alto porcentaje son mujeres que se ven sometidas a presiones, ultrajes y violación a sus elementales derechos laborales. En la industria, es de $188.10 dólares mensuales; mientras que en el área rural el salario mínimo en el campo es de $89.00 dólares al mes.

El costo de la canasta básica urbana, según el gobierno es de $166.56 dólares, mientras que el costo de canasta básica rural es de $126.72 dólares. La canasta básica solo incluye los alimentos que la población necesita consumir diariamente para poder subsistir. Estos son: arroz, frijoles, tortillas, azúcar, sal, leche, huevos, aceite, carne, hortalizas y frutas. La canasta de mercado es lo que una familia promedio de cuatro personas necesita para vivir $754.80 dólares. Datos oficiales reflejan que en lo que va del año el promedio de inflación en los alimentos a alcanzado 15.9%.

La mayor preocupación del pueblo es el alto costo de la vida, encarecimiento de la canasta básica, a la cual se le continua aplicando el impuesto del IVA (13%), y una serie de aranceles impuestos por el gobierno a la importación de granos básicos, lo que los convierte en productos menos accesibles a la población repercutiendo en su calidad de vida y condiciones de salud, sobre todo en la población infantil que se encuentra en algún grado de desnutrición infantil.

Según la sede central del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas en marzo del 2008 entrega un informe en donde se hace énfasis que en El Salvador los alimentos de la canasta básica han subido un 50% en comparación con los precios de hace tres años, siendo además uno de los pocos países en la región que no tiene políticas de estado que estimulen la producción agrícola, dependiendo casi en su totalidad de la importación de alimentos entre ellos, el frijol, arroz, harina, productos lácteos. A esto hay que agregarle otro elemento, tenemos una economía dolarizada y que dependemos del dólar Estadounidense, por lo que estamos en condición de mayor vulnerabilidad, en comparación con otros países de la región que no tienen el dólar como moneda nacional.

La pobreza continua acentuándose en el país y son afectadas por la inseguridad alimentaria, las personas que están en condiciones de extrema pobreza según el gobierno alcanza los 670 mil 107, ellas sobreviven con menos de un dólar al día, mientras que en pobreza relativa alcanza a otros: 1 millón 479 mil 819 de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día.